Una ráfaga de viento voló los papeles que estaban sobre el escritorio. Lorena se apuró a recogerlos, recorriendo la figura masculina que se encontraba delante de ella. Fernando le agradeció, sin reparar en esos ojos grandes que lo miraban con emoción. Después, balanceándose en su silla giratoria, le dijo al grupo que la temporada invernal era estupenda, que podrían disfrutar de largas tardes de esquí. Lorena se alejó unos pasos. Las aberturas de madera. Las plantas. Los cuadros. Las fotos. Los sillones. Recordaban bien todo…
Sofía observaba el biombo con dibujos orientales y el empapelado, que parecía pintado a mano. Noelia, recostada en una cama, decía que tenía hambre. Antonio, parado junto a la puerta, chequeaba su teléfono. Lorena entró en el baño. ¿Fernando la recordaría? Abrió la canilla del lavatorio. ¿Fernando se habría dado cuenta de que era ella?
Más tarde Sofía señalaba los lugares que habían marcado en…
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